Roald Dahl: Las Brujas y otros de sus Cuentos en Películas

30/10/2020
Publicado por: David Alfonso Estrada

“Si no crees en la magia, nunca la encontrarás” –Roald Dahl

Entre otras cosas, Roald Dahl fue padre de familia, piloto de guerra, espía, fotógrafo y escritor, este último, el arte y oficio que lo llevó a ser reconocido por todos nosotros. Dahl escribió novelas, poesía, guiones de cine y televisión, pero fueron sus cuentos infantiles los que inmortalizaron su nombre.

Desde 1954 se retiró de la ciudad a una villa a la que llamó Gipsy House, en el condado de Great Missenden al sur de Inglaterra, donde escribió metódicamente todos los días por cuatro horas (de 10 am. a 12 pm. y de 4 a 6 pm.) cuentos como Charlie y la fábrica de chocolates, James y el durazno gigante, Fantastic Mr. Fox, The BFG, Matilda y Las Brujas, obra que en 1990, Jim Henson, el creador de los Muppets, llevó al cine e hizo enojar a Dahl porque cambió el final. Lo enfadó tanto que declaró que era la última vez que uno de sus cuentos se hacía película.

Antes de Las Brujas, solo Willy Wonka y la fábrica de chocolates se había llevado a la pantalla grande en 1971, sin embargo, esa versión tampoco le convenció a Dahl porque consideró que Willy Wonka debió ser interpretado por un actor más excéntrico y no por Gene Wilder. Supongo que Johnny Depp como Wonka hubiera sido más de su agrado. La visión ácida de Tim Burton tiene el sarcasmo y la pizca de horror que caracteriza a esta obra de Dahl.

En cuanto a la versión de Las Brujas que se estrenó ayer en los cines de México y tuve oportunidad de ver, es difícil saber si Dahl estaría complacido con la adaptación hollywoodense del cuento que escribió. Aunque en el guion –escrito por Zemeckis, Del Toro y Barris– se respeta el final original de la obra, hay elementos nuevos que no aparecen en el libro.

Pero antes de hacer la relación entre el séptimo arte y los cuentos de Roald Dahl, conozcamos un poco sobre este escritor que murió de leucemia en noviembre de 1990, y que definía a las ideas como gérmenes; en contacto con su lado infantil, se percibía a sí mismo como un adulto no desarrollado (a pesar de medir casi 2 metros) y a quien las buenas personas le parecían aburridas, al menos, como inspiración para los personajes de sus historias, en las que mezcla luz y oscuridad a la perfección (1).


Roald Dahl cuentos

La Virtud de Reescribir su Historia pero con Gremlins

De padres noruegos, nacido en Gales y criado en Inglaterra, Roald Dahl fue un niño inquieto al que sus maestros no percibieron como particularmente talentoso para la escritura. Incluso uno de sus profesores escribió en uno de sus reportes escolares que “nunca había conocido a un alumno que escribiera palabras que significan todo lo contrario a lo que está tratando de decir”.

A sus 23 años, Dahl se unió a la Royal Air Force (RAF), la rama aérea del ejército británico, para convertirse en piloto de guerra, actividad que lo hizo interesarse profesionalmente por la fotografía tras sobrevolar los paisajes naturales de países como Tanzania, Nairobi y Kenia.

Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la RAF peleaba contra las tropas italianas al norte de Libia, el avión que piloteaba Dahl se quedó sin combustible y tuvo que hacer un aterrizaje forzoso en el desierto egipcio. Pero el descenso no resultó como Dahl esperaba y sufrió un accidente al estrellar su avión contra un gran roca.

Roald tuvo la fortuna de sobrevivir al choque y, con el cráneo fracturado, la nariz rota y la vista nublada (estuvo seis meses sin poder ver), salió del avión en llamas y fue llevado a un hospital en Alejandría sin realmente saber dónde estaba.

Este drama fue el móvil para su primer libro infantil titulado Los Gremlins, que trata sobre unas criaturas diminutas que los pilotos de la Royal Air Force invocan cuando tienen problemas mecánicos pero que, en vez de ayudar a reparar las naves, estos engendros traviesos las sabotean en venganza por la destrucción del bosque donde antes vivían y que ahora es una fábrica de aviones. Súper buen argumento.

En 1942, Walt Disney compró los derechos de Los Gremlins y el cuento casi llega a ser una película animación/live action producida por los estudios Disney. No se sabe bien por qué al final la cinta no se produjo pero se corre el rumor de que el gobierno del Reino Unido la detuvo porque creyeron que les daría mala reputación a sus Fuerzas Aéreas. En 1943 se publicó el libro y fue el comienzo exitoso de la carrera de Roald Dahl como cuentista infantil.

El filme producido por Steven Spielberg en 1984 –además de llevar por título el término Gremlins que, en efecto, proviene de un mito de los mismos pilotos de la Royal Air Force–, no está basado en el cuento de Dahl, no obstante, la idea de monstruos que crecen a partir de una pequeña criatura peluda, sí proviene del cuento de Dahl.


gremlins roald dahl

Solo Vives Dos Veces

En 1942, Roald Dahl fue reclutado como espía por el Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido y fue enviado a Washington a sepa Dios qué. En esta época como agente del MI6, trabajó a lado de Ian Flemning, el espía y después escritor de las novelas de James Bond.

Como Dahl y Flemming fueron amigos cercanos, a los entonces productores de las películas del Agente 007 interpretado por Sean Connery, se les ocurrió en 1966 que Dahl escribiera el guion basado en la novela You Only Live Twice, con la única indicación de que usara la Bond-Girl-Formula pero ahora con tres mujeres distintas; porque YOLT.

Es el peor libro de Flemming. Parece un libro de memorias. No hay trama para hacer una película” –dijo Dahl y escribió el guion basándose en la novela pero más en las ideas de filmes previos de James Bond.

Si me preguntan a mí, mejor vean Goldfinger, From Russia with Love o Dr. No con el mismo Sean Connery como protagonista.



Para una Tarde de Clásicos

Tras la experiencia de adaptar al cine, novelas de otros autores, a Roald Dahl le quedó claro que era mejor trabajar con sus propias ideas, sin embargo dos años después, escribió por encargo otro guion cinematográfico basado en OTRA obra de Ian Flemming, un cuento infantil titulado Chitty Chitty Bang Bang.

Junto a Ken Hughes y a los hermanos Sherman, Roald Dahl convirtió el cuento de Flemming en un musical que fue estrenado en 1968 y estelarizado por Dick Van Dyke, en el cual se narran las aventuras de un inventor y su familia que, en un carro volador, viajan a tierras inexploradas. Una película que quiere ser como Mary Poppins pero que, sin lograrlo, igual vale la pena para una tarde de clásicos.



El Genio de la Última Página

A la par de sus cuentos infantiles, Roald Dahl escribió 51 relatos para adultos que se destacan por sus finales inesperados en la última página y que al mismísimo Alfred Hitchcock le fascinaban tanto que adaptó varios para sus episodios televisivos de misterio.

Su cuento Man of the South es el más destacado e incluso inspiró a Quentin Tarantino para desarrollar su segmento en la película Four Rooms que dirigió junto a Allison Anders, Alexandre Rockwell y Robert Rodríguez. Una película que sin Tim Roth jamás hubiera funcionado.



Ahora sí hagamos un repaso de las películas que surgieron de los cuentos infantiles escritos por Roald Dahl. Historias que no solo todos conocemos sino que atesoramos como parte de nuestras infancias y, por qué no, también de nuestra adultez, pues el genio de Dahl –aunque mayormente enfocado en los niños– abarca cualquier edad.


THE WITCHES (2020)

Escuchar la voz de Chris Rock decir que las brujas son reales, que viven entre nosotros y, lo más importante, que odian a los niños, me transportó a mis seis años de edad desde la primera escena de la película.

Aunque la historia original se desarrolla en Inglaterra (y un poco en Noruega), en esta versión re-imaginada por Robert Zemeckis –el director de Forrest Gump y The Flight–, la aventura del niño huérfano y su abuela obsesionada con las brujas, transcurre en Alabama, con una paleta de amarillos y marrones cálidos que retratan con nostalgia los años sesentas en el sur de los Estados Unidos.

Durante la película me recordaba a mí mismo que es PARA NIÑOS. Bajo esta óptica, me fue más sencillo ignorar la ausencia de horror que me gusta de la versión de 1990.

Salvo el CGI y un par de detalles que a mí parecer están de más –como el hecho de que La Bruja pueda volar y sus brazos se alarguen reconstruyendo sus codos a cada segundo–, creo que a Roald Dahl no le hubiese encantado la idea de una abuela que no fuera de Noruega, que no fumara habanos y que tuviese todos sus dedos intactos, pinceladas que le daban mayor trasfondo y cierto aire incorrecto al personaje, más al estilo de los adultos que aparecen en los cuentos de Dahl.

Además de ser un pasaje que sí aparece en el cuento, la escena de la niña que se “gallinifica” es genial. Si tan solo todas las “ratonificaciones” hubiesen sido del mismo modo –un poco más terroríficas–, podríamos estar hablando de un nuevo clásico del cine infantil. Y ya entrados en el tema de modificaciones al gusto, yo le hubiese agregado la canción que aparece en el cuento.

En lo personal, lo que más me gustó fue el sarcasmo que le imprimió Anne Hathaway a La Bruja Mayor, la narración de Chris Rock y el hecho de que repitieran el número 666 a cada rato. Pues descubrí recientemente que si sumas del número 1 al 36 (la edad que recién cumplí) dan como resultado 666. Ya sé que nada que ver pero, como la abuela de la película, me entretengo con la numerología.

Hasta aquí sin spoilers. Lo mejor es que la vean y compartamos después impresiones.



THE BFG (2016)

Dirigida por Steven Spielberg y con música de John Williams, esta película pasó de noche para muchos de nosotros, sin embargo, a pesar de su poca audiencia para un filme producido por los Estudios Disney, es buena. Solo por la fotografía y los efectos especiales vale la pena verla. Pero si, como yo, también son fans de Mark Rylance –actor de Bridge of Spies y la reciente The Trial of the Chicago 7– en cuanto terminen de leer esta nota, dense un tiempo para verla en su idioma original.

THE BFG fue un cuento muy especial para Roald Dahl. Dedicado a su hija de siete años que falleció trágicamente por sarampión, contiene un vocabulario inventado a partir de las palabras que su esposa –la actriz Patricia Neal–, tras sufrir tres embolias, decía mientras re-aprendía a hablar. La virtud de reescribir la historia, pero ahora con gigantes.



FANTASTIC MR. FOX (2009)

Sin duda, de todas las películas aquí mencionadas, es mi favorita. La puedo ver una y otra vez sin dejar de admirarme. Ni caso tiene enumerar los excelentes trabajos fílmicos que nos ha regalado Wes Anderson. Lo mejor es verlos todos y bien pueden empezar por este.

Con las voces de George Clooney, Meryl Streep, Bill Murray, Jason Schwartzman y Willem Dafoe (entre otros), Fantastic Mr. Fox es una joya no solo del arte del stop-motion, sino una comedia familiar que, por igual, es para niños y adultos.

Es una lástima que Roald Dahl no vivió para verla.



CHARLIE AND THE CHOCOLATE FACTORY (2005)

Lo que más disfruto de Charlie and the chocolate factory es la música de Danny Elfman; cuando cantan los Ompa Loompas, las atmósferas en cada escena que nos llevan a un mundo ficticio donde se difuminan las líneas entre lo imaginario y lo real.

Esta película nos hace soñar con el boleto dorado que destrabe cualquier monotonía de nuestras vidas y, por dos horas, nos hace creer que somos tan especiales como Charlie Bucket como para merecer un gran premio. Esa es la magia del cine; la ilusión de que todo irá mejor.

El hecho de que Tim Burton haya respetado muchas de las líneas del guion de la primera película, la vuelve un homenaje a Roald Dahl, quien además de escribir el cuento, también escribió el guion para la cinta producida por los Estudios Warner en 1971, en el cual puso de manifiesto que no le agradaban los niños mimados, glotones, ambiciosos, ignorantes e hipnotizados por la televisión.



JAMES AND THE GIANT PEACH (1996)

Al igual que THE BFG, esta película también es de Disney y también pasó inadvertida para muchas personas. Del director de Coraline y The Nightmare before Christmas –Henry Selick– y producida por Tim Burton, James and the Giant Peach es un sándwich con un principio y un fin en live action y un desarrollo genial en animación stop-motion, de hecho, el filme estaba planeado originalmente para ser todo en animación pero, por costos, este fue el resultado final.

La historia tiene los elementos particulares de Dahl: adultos malvados, esperanza infantil y criaturas fantásticas. Totalmente vale la pena, más para los no tan niños.



MATILDA (1996)

Producida, actuada, narrada y dirigida por Danny DeVito, esta película está basada en el cuento de Roald Dahl donde retrata (claro que exageradamente porque es un libro infantil) el tipo de educación que el escritor recibió en su niñez, cuando en la escuela fue sometido a castigos físicos por ser un poco rebelde, un rasgo que, según él, todos necesitamos.

El personaje principal es memorable: Matilda, una niña devoradora de libros que desarrolla poderes de telequinesis a raíz del coraje que siente hacia sus padres. No obstante, en el colectivo quedó más la figura de Miss Trunchbull (o Tronchatoro en español), la directora de la escuela que abusa de su poder con sus habilidades olímpicas. Sin embargo, los personajes que realmente me queman la gorra, son los padres de Matilda; el ejemplo de cómo echar a perder a los hijos.



THE WITCHES (1990)

Con una fotografía que la hace lucir como una película de terror de los años sesentas y un buen maquillaje, esta versión de The Witches sí logra asustar a los más pequeños. Sobre todo durante las transformaciones asquerosas de los niños y brujas que se vuelven roedores.

La historia que al principio le cuenta la abuela a su nieto Luke (historia que también aparece en el cuento), de una niña atrapada dentro de una pintura que va envejeciendo hasta desvanecerse en el cuadro, me parece una idea sumamente tenebrosa.

Otro aspecto que tiene esta película, también tomado del cuento, es la noción de que cualquiera puede ser bruja. Lo que no sucede en la versión del 2020, en la que las brujas ni siquiera hablan normal, sino que arrastran las palabras rasposamente como una puerta oxidada que se cierra. Que a mí me da risa, pero que le resta al factor miedo.

Sin embargo esta versión de 1990, además de cambiar el final del libro, tiene algunas tomas muy malas y detalles paupérrimos como la máscara de La Bruja Mayor. Entiendo por qué el remake, este filme de los noventas no le llega tanto a los niños de ahora que están acostumbrados a efectos visuales enteramente digitales, solo nos llega a los que la vimos de niños en su momento –unos en el cine y todos los mexicanos en el Canal 5.



WILLY WONKA AND THE CHOCOLATE FACTORY (1971)

Hay algunas películas que recuerdo haber visto bajo el influjo del LSD y esta es una de ellas. Aunque ahora que la vi de nuevo para escribir esta nota, debo admitir que la verdadera psicodelia no estaba ni en la sustancia ni en mí, sino en esa época a finales de los sesentas y principios de los setentas.

Como con Las Brujas, para una experiencia completa, lo mejor es leer el cuento, ver la primera versión hollywoodense y después ver el remake (o en el orden que quieran), pero así –con las tres visiones distintas– se disfruta más.



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