El papel de baño es algo común en estos días y en nuestros alrededores, lo vemos a diario y le damos todo tipo de usos. Pero aquí surge la pregunta ¿Qué usaban las personas antes de inventar el papel higiénico?
Actualmente atravesamos un periodo delicado a causa del coronavirus que nos ha impuesto un aislamiento que ya lleva medio año. Poco antes de iniciar la cuarentena pidieron a la población prepararse para un aislamiento con los recursos esenciales. La gente inmediatamente abarrotó supermercados llevándose ciertas cosas al por mayor. El desinfectante y antibacterial encabezó la lista de lo más buscado y lo más revendido. Agua embotellada y comida enlatada se agotaron enseguida. Pero algo más se agotó sin aparente razón lógica: el papel higiénico.
La respuesta no se hizo esperar. Quienes encontraban stock aún compraban en exceso, más de lo que podrían usar en meses. Los estantes de las tiendas comenzaban a lucir vacíos mientras que las redes sociales se llenaban de publicaciones de personas vendiendo a sobre precio lo que anticipadamente consiguieron.
Redes sociales, noticieros y revistas trataban de explicar el por qué. Si el volumen de espacio vacío genera una alarma, si comprar en exceso te hace sentir seguridad, si es instinto de supervivencia. Muchas ideas pero pocas soluciones. Entonces tenemos la pregunta que nos trae aquí ¿qué haremos si se agota el papel higiénico?
Sería como regresar a la antigüedad cuando no existía aún este grandioso y embarrable invento. Y a todo esto, ¿cómo se las arreglaban en aquellos tiempos sin la existencia del papel higiénico? Incluso desde antes de que a alguien se le ocurriera cavar un hoyo para sus necesidades, debían limpiar su zona de alguna manera.
Antes del “embarrable” invento
La historia no es precisamente clara al respecto, la mayoría de lo que se sabe respecto al acto de alivio intestinal se ha obtenido de pequeños rastros y algunos textos, murales y objetos decorados. Existen referencias a todo tipo de materiales orgánicos e inorgánicos, blandos, rígidos, secos y húmedos. Había de todo con el fin de limpiar el siempresucio.
Inicialmente es fácil deducir que lo hacían con sus propias manos, hasta que seguramente alguien se encontró con el enorme problema de comer después de haber hecho sus necesidades. Algo que preferirías no imaginar. Después de eso no hay registro hasta China de hace 2,000 años donde se registra el llamado “Palo de higiene” del que quiero pensar que estaba muy bien lijado y sin partes cortantes o punzantes. Consistía en un palo de bambú, ouch, envuelto en tela. No hay mucho acerca del correcto método de uso o limpieza, pero lo dejaremos a la imaginación.
El siguiente registro para dar esplendor al ano se remonta al periodo grecorromano quienes usaban otro palo, vaya sorpresa, llamado tersorium. Este instrumento contaba con una esponja en un extremo que era empapada en agua con sal o vinagre, o agua corriente si se contaba con ella. Este modo sonaría mucho más placentero de no ser porque el tersorium se dejaba en los baños públicos para uso comunitario. Dígase, que medio pueblo se lo pasaba por el cu**. Un segundo instrumento utilizado según registros recibe el nombre de pessoi. Evidencias encontradas de esta herramienta han mostrado contener rastros de desechos y algunas referencias gráficas muestran la forma en que era utilizada.
También hay indicios de algo llamado ostraka. Piezas de cerámica en las que grababan los nombres de sus enemigos cuando votaron para excluirlos. Después de la votación muy probablemente pasaban a un baño público a hacer lo propio y ensuciar el nombre de aquél que no les caía tan bien. Aunque suponemos que un material así no era para nada cómodo ni sano.
Otro registro apunta a Japón del siglo VIII y muestra otro palo de madera llamado chuugi. Era usado para limpiar tanto exterior como interior. Afortunadamente, no hay un registro exacto de cómo se utilizaba. Y dejando de lado la fijación con los materiales largos hechos de madera, la verdad es que había de todo, agua con la mano izquierda, hojas de cáñamo, hierba al alcance de la mano, pieles, algas y conchas marinas.
Tiempos modernos
A pesar de que limpiar el área después del llamado de la naturaleza era toda una aventura a nadie se le ocurrió inventar el papel higiénico hasta bien entrado el siglo XIX. Si bien, el precursor del papel higiénico eran unas hojas de cáñamo con aloe vera de venta en farmacias, el primer antecedente se lo llevarían los chinos allá por el siglo II, cuando los emperadores ordenaron fabricar hojitas especiales para el baño.
Hoy en día en algunos lugares el papel higiénico no es un problema. Ya sea porque tienen medios más “eficaces y sencillos” o porque la tecnología ha dado nuevas soluciones, como un chorro de agua apuntado directamente al “blanco” para eliminar impurezas no deseadas.
Ya viste como aseaban la salida, ahora mira cosas extrañas que llegan a la entrada: ALIMENTOS ULTRAPROCESADOS: ¿QUÉ SON Y CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS PARA LA SALUD?