Cuando sales de una clase de Yoga –aunque sea virtual–, sin duda te sientes mejor de pies a cabeza. Tus músculos están más relajados, puedes sentirte más fuerte, más flexible, y luego está la claridad mental que solo el ommm te puede traer. Puede que ya seas consciente de los beneficios del Yoga para tu cuerpo. ¿Pero sabes lo que el Yoga puede hacer por tu cerebro?
Si ya has leído bastante sobre cualquier cosa relacionada con el Yoga, ya deberías saber que el Yoga se practica tanto por los beneficios físicos como mentales que aporta. Claro, el Yoga alcanzó una popularidad mayor como una rutina de ejercicios satisfactoria, sin embargo, dado lo estresante que puede llegar a ser hoy la vida, cada vez más personas recurren al Yoga como una solución doble para sus problemas de peso y el estrés o la ansiedad.
El Yoga se usa en el tratamiento de condiciones de depresión, insomnio y trastornos alimenticios. El alivio del estrés y el aumento del equilibrio, la concentración y el enfoque son solo algunos de los beneficios mentales que con el Yoga puedes obtener y, en última instancia, todo esto resulta en calma y tranquilidad.
Lo bueno del Yoga es que se hace con una perspectiva holística. Todos los yoguis te enseñarán a sintonizarte con tu cuerpo y a escuchar tu respiración. Aprender a hacer esto y darse cuenta de un patrón de respiración requiere un nivel de concentración que otros ejercicios mentales no enseñan. Tienes que aprender a despejar tu mente y eliminar las distracciones internas y externas para que puedas encontrar tu núcleo interno.
Si experimentas constantemente episodios de estrés, te sugerimos que empieces a comprar ropa para practicar Yoga y que busques la forma de hacerlo para fortalecer la conexión mente-cuerpo, calmar tu sistema nervioso y mejorar tu calidad de vida. ¿Pero qué es lo que realmente sucede en tu cerebro cuando entras y sales de una posición de Yoga?
El Yoga aumenta la densidad de Materia Gris
Nuestros cerebros están compuestos principalmente por dos tipos de tejidos: la materia blanca y la materia gris. Un cerebro humano normal consiste en un 60% de materia blanca y un 40% de materia gris. Ambas juegan papeles importantes en el funcionamiento cognitivo saludable, sin embargo, cada tipo de tejido cerebral tiene una función diferente:
La MATERIA GRIS consiste en las células cerebrales o neuronas. Aunque la llamamos materia gris, en realidad, es de color rosa. Esto es porque mientras estamos vivos, la sangre fluye continuamente a través de ella. Después de morir, se vuelve gris.
Debido a su concentración de neuronas, la materia gris es responsable de muchas de las funciones del cerebro, incluyendo las habilidades de aprendizaje y la memoria. También es responsable de interpretar los sentidos de la vista, el oído, el olfato y el tacto. Además afecta al control muscular y a la autoconciencia.
La MATERIA BLANCA, por otro lado, son las conexiones que se extienden por las neuronas. Su función es conectar diferentes secciones del cerebro, de manera similar a como Internet interconecta el mundo, permitiendo que áreas del cerebro se envíen y reciban señales entre sí. Como tal, la materia blanca sana permite al cerebro coordinar los pensamientos y los movimientos.
Tanto la materia gris como la blanca se complementan entre sí para permitirnos pensar, coordinar movimientos e interpretar el mundo que nos rodea. El daño o la reducción en una u otra área afecta a las capacidades cognitivas.
La relevancia del Yoga para nuestra materia cerebral se debe a que investigaciones recientes han demostrado que el Yoga aumenta el volumen de la materia gris en el hipocampo y en las secciones frontales del cerebro (1).
¿Cómo nos ayuda esto?
Una investigación que incluye un estudio exhaustivo de los escáneres estructurales del cerebro descubrió que la inteligencia general de una persona está asociada con el volumen de materia gris en el cerebro. Cuanto más grueso sea el volumen de la materia gris en una región del cerebro, más células están presentes allí y, por lo tanto, es más probable que se desempeñe mejor.
Con una constante práctica del Yoga –con sus posturas y respiración– resulta en un aumento de la densidad de la materia gris y la activación en el hipocampo y la corteza prefrontal, lo que nos da los siguientes beneficios:
Mayor enfoque y concentración; mayor control emocional y de impulsos; nos sintoniza con nuestros sentidos y nos hace más consciente de nosotros mismos; y mejora nuestra toma de decisiones.
Aumenta los pliegues del Cerebro
Si buscamos una foto del cerebro humano en Internet, probablemente notaremos que su superficie está compuesta de protuberancias y arrugas y, aunque tal vez no sean muy lindas de ver, juegan un papel esencial en nuestra capacidad de pensar.
Estas arrugas se llaman estructuras corticales y son las que contienen las neuronas. Estos pliegues están ahí para aumentar la superficie del cerebro –esto es algo bueno–, después de todo, ¿a quién no le gusta tener más células cerebrales?
Ahora quizá te preguntes: ¿Por qué mi cerebro tiene un tejido plegado? Esto es porque tu cerebro tiene que encajar en tu cabeza. Y, como tu cráneo es pequeño, tiene que encontrar la manera de “meterse” ahí.
Para visualizar esto, piensa en hacer una pequeña maleta. Tiene un espacio limitado. Si pones toda tu ropa allí, será difícil que quepa todo. Pero, si doblas tu ropa apropiadamente o la enrollas, podrá caber más en la misma pequeña maleta. La mejor parte es que doblar o enrollar la ropa no cambia el tamaño de las camisas o los pantalones cuando los usas. Siguen conteniendo la misma cantidad de tela.
Este mimo concepto es el que utiliza el cerebro con la Girificación (el proceso por el cual se forman los pliegues de la corteza cerebral), que permite que más superficie –que contiene más neuronas– quepa en tu cráneo.
¿Cómo el Yoga puede cambiar tu Cerebro?
El Yoga holístico consiste en tres componentes principales que atienden al bienestar físico, mental y espiritual, en este caso, las posturas (asanas), el trabajo de respiración (pranayama) y la meditación.
Cuando se trata del cerebro, el aspecto de la meditación juega un papel primordial porque está conectado con el aumento del número de pliegues cerebrales (2).
Según un estudio realizado por investigadores de la UCLA, las resonancias magnéticas del cerebro mostraron que las personas que hacían meditación tenían más giros en la corteza de su cerebro.
Los investigadores creen que esto es el resultado de la neuroplasticidad del cerebro, lo que indica que se adaptó a los cambios en su entorno. En este caso particular, fue la meditación regular la que produjo los cambios estructurales en el cerebro. Igualmente interesante es que el estudio también aprendió que el número de años de práctica está correlacionado con la cantidad de giros.
Dado que la corteza cerebral es responsable de funciones como el lenguaje, el razonamiento, la percepción, el procesamiento de la información, la memoria y el movimiento voluntario; el aumento de la Girificación permite un mejor funcionamiento y un procesamiento más rápido de la información.
Yoga, Hormonas de la Felicidad y Relajación
Durante el Yoga, el cerebro libera todo tipo de sustancias químicas que no solo le ayudan a relajarse, sino que también reducen sus niveles de estrés y ansiedad, incluyendo el ácido Y-aminobutírico (GABA), la dopamina, la oxitocina, la serotonina y las endorfinas. Cada uno de los cuales funciona a su manera para ayudarnos a calmarnos y sentirnos mejor.
El GABA es un neurotransmisor o el mensajero químico de tu cerebro. Su trabajo es suprimir la actividad neuronal para evitar que tu cerebro se excite demasiado. Al hacerlo, controla la cantidad de miedo, estrés, ansiedad o nerviosismo que podríamos llegar a sentir.
Las investigaciones demuestran que el Yoga aumenta los niveles de GABA en un 27% (3). Mientras que otro estudio descubrió que el Yoga es incluso mejor que caminar si lo que realmente queremos es relajarnos y reducir la ansiedad (4).
Además del GABA, están también las Hormonas de la Felicidad, que –en conjunto– son la dopamina, la oxitocina, la serotonina y las endorfinas. Se les llama así porque cada una de ellas te hace sentir mejor contigo mismo y con tu bienestar.
Por ejemplo, la dopamina hace que te sientas recompensado y te permite experimentar placer. Mientras tanto, la serotonina reduce la tensión para ayudar a aliviar el estrés y la ansiedad.
Juntos estos agentes químicos –el GABA y las Hormonas de la Felicidad– te ayudan a sentirte satisfecho. Por eso muchos yoguis te dirán que se sienten más felices después de una clase.
Yoga y reducción del estrés
Durante una sesión de Yoga, ciertas partes del cerebro se desaceleran para permitir que descansen. Esta funcionalidad ayuda a reducir el estrés, lo cual ocurre en dos áreas principales del cerebro:
EL LÓBULO FRONTAL – El lóbulo frontal es la parte más avanzada del cerebro porque es la responsable de la mayor parte del pensamiento, la planificación y el razonamiento. Además juega un papel en la autoconciencia y la regulación emocional.
Como puedes imaginar, esta parte del cerebro se acelera cuando nos encontramos con un dilema o cuando nos sentimos conscientes de algo. Sin embargo, durante el Yoga, el lóbulo frontal se va de vacaciones, permitiéndonos tomar un descanso por un tiempo,
EL LÓBULO PARIETAL – El lóbulo parietal es la sección del cerebro que maneja toda la información que proviene de los sentidos cuando estamos en movimiento, trabajando, conduciendo u observando cosas. Nada más imaginemos la gran actividad que ocurre aquí. El Yoga también hace que tu lóbulo parietal se ralentice.
Pero esto no se detiene aquí. El Yoga también ayuda a reducir el estrés al disminuir los niveles de cortisol y adrenalina de tu cuerpo, dos hormonas críticas del estrés.
Lo que sucede es que al sentirnos estresados o anticipamos que algo estresante va a suceder, nuestra respuesta al estrés se desencadena. Como resultado, el cuerpo libera hormonas de estrés para ayudarnos a estar más alerta, hacer que el corazón lata más rápido y aumentar la presión arterial.
Aunque el estrés es, en sí mismo, algo bueno, pues nos permite afrontar las emergencias, enfocarnos mejor cuando necesitamos hacer una prueba o una presentación, o protegernos durante eventos que amenazan nuestras vidas; si tenemos un estilo de vida agitado y estamos constantemente estresados, puede ser perjudicial para nuestra salud.
Esto se debe a que las hormonas del estrés también liberan más azúcar en el torrente sanguíneo, aumentan la presión arterial y producen inflamación. Cuando el estrés se mantiene por largos períodos de tiempo, puede resultar en serias enfermedades cardíacas, o de presión arterial alta y diabetes.
En cambio, el Yoga ayuda a revertir estos efectos. Un estudio señala cómo el Yoga reduce los niveles de cortisol en el cuerpo (5). 12 minutos de Yoga diarios ayudan a disminuir la respuesta inflamatoria del cuerpo, lo cual es importante pues la inflamación crónica está relacionada con serias condiciones a largo plazo como la depresión y las enfermedades cardíacas.
El Yoga y la ansiedad
La ansiedad está estrechamente relacionada con el estrés pero no son lo mismo. El estrés es la respuesta que el cuerpo produce cuando hay una amenaza y, una vez que esa situación pasa, el estrés desaparece. Por otro lado, la ansiedad puede ser el resultado del estrés, pero también de un sinnúmero de otros factores (por nombrar algunos: trauma, química cerebral, influencias ambientales, genética, uso o abstinencia de sustancias, etc.)
Los síntomas comunes de la ansiedad pueden incluir una preocupación constante, sentirse inquieto, sobresaltarse con facilidad, incapacidad para concentrarse y, a menudo, dificultades para dormir.
Aquí es donde entra en juego el Yoga.
Resulta interesante que, si bien, el Yoga aumenta el volumen de la materia gris en algunas áreas del cerebro, también tiene un efecto opuesto en otras regiones del cerebro. Un ejemplo de ello es la amígdala del cerebro.
La amígdala es lo que podemos llamar el centro de procesamiento de mensajes del cerebro, puesto que absorbe los mensajes entrantes de los sentidos y de los órganos internos.
La amígdala juega un papel crítico en las emociones y en cómo reaccionamos a ellas, siendo la más prominente de estas emociones, el miedo. Por eso te pones nervioso o asustado cuando sientes una amenaza o un problema inminente.
Gracias al Yoga, la reducción de la materia gris en tu amígdala significa que hay menos actividad en esta parte de tu cerebro. Por lo tanto, eres mejor para manejar el miedo y tus emociones. Además que también eres más capaz de relajarte.
Así que ya sabes, aunque el Yoga es comúnmente pensado como una serie de poses que involucran estiramientos y otros movimientos complejos, por lo mismo, se cree que sus beneficios son a menudo físicos. Sin embargo, sus efectos son de mayor alcance.
La combinación de las poses, la respiración y la meditación produce cambios estructurales en el cerebro. Esto no solo hace que ciertas áreas del cerebro aumenten o disminuyan de tamaño, sino que también afecta a la cognición y a la forma en que se procesan las emociones, el estrés y la ansiedad. Todo esto nos ayuda a vivir una vida más feliz y saludable.
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