En el entramado de producción y distribución del conocimiento de la historia, Hollywood es la carta más fuerte que tiene el poder hegemónico estadounidense.
Que cada uno de nosotros relate el hundimiento del Titanic como sucede en la película de James Cameron es la verdadera magia del cine, la potestad de articular –magistralmente– el pasado sin reconocerlo tal y como fue, o eso dicen algunos teóricos de la conspiración cuando les toca hablar de la tragedia del transatlántico más famoso de los tiempos modernos.
PRIMERO ALGO DE ACTUALIDAD
El viaje inaugural del Titanic II, la réplica que se está construyendo en China igual de lujosa que la original, tiene como nueva fecha para zarpar de Southampton a Nueva York el 2022, a ciento diez años del hundimiento de su homónimo.
En un principio el viaje estaba planeado para 2016, luego se pospuso para 2018, posteriormente para 2020 y este mismo año cambió de fecha de botadura.
Lo cual no parece tan malo a partir de todo lo acontecido este año. De haber zarpado quizá hoy estaríamos hablando de otra catástrofe marítima, un Titanic con cientos de muertos debido al coronavirus o cualquier otra cosa random como avispas asesinas o abducciones extraterrestres.
La construcción del Titanic II es un proyecto de 500 millones de dólares del multimillonario australiano Clive Palmer y tendrá espacio para 2,400 personas. Los boletos, como en el primer navío, serán de primera, segunda y tercera clase. Pero aún no se sabe el costo.
Esta nueva versión del barco contará con equipos de navegación y radar de alta tecnología, y suficientes botes salvavidas para que ningún Jack se congele en el agua.
¿QUÉ SUCEDIÓ AQUELLA NOCHE?
Cada 25 de diciembre Canal 5 nos recuerda el choque del Titanic contra un iceberg en el océano Atlántico en el cual fallecieron 1513 personas por golpes, ahogamiento e hipotermia, lo que hizo de este naufragio el más lamentable de su época.
Existe una explicación súper detallada de lo que oficialmente pasó la noche del 14 al 15 de abril de 1912 a bordo del Titanic, con horas, coordenadas y nudos. La resumo sin detalles:
El vigía le dijo al sexto oficial que estaba en el puente de mando, y este a su vez le dijo al primero que estaba frente al timón, que un iceberg de 30 metros de altura estaba a 500 metros de distancia justo en su trayectoria. El primer oficial viró el buque pero era demasiado tarde.
A todo esto el capitán estaba en su camarote y no se dio cuenta de nada hasta que sintió el chingadazo. Inmediatamente fue a ver qué onda y envió al cuarto oficial a investigar y este fue y regresó y le dijo que no se preocupara por la colisión.
Minutos más tarde el ingeniero que había diseñado el buque le dijo al capitán que una sala y cinco compartimentos estaban inundados y que esto condenaba a la nave a su inevitable hundimiento. Entonces todos se pusieron a rezar y a buscar botes salvavidas.
En teoría todo parece un accidente fatal, sin embargo hay quien asegura que la catástrofe estuvo planeada maquiavélicamente por un hombre.
LA TEORÍA DE CONSPIRACIÓN DEL HUNDIMIENTO DEL TITANIC
A 108 años del choque de la embarcación, la tesis de un complot para hundir el Titanic ha tomado fuerza.
En el foro de Internet 4chan se propone una línea de eventos que colocan al banquero J.P. Morgan como el gran villano que movió los hilos para que el barco no encontrara puerto y sus rivales financieros que iban a bordo no volvieran a entrometerse en sus negocios.
Además de dominar las finanzas corporativas de su época, Morgan también era dueño de varias empresas como la International Mercantile Marine, propietaria de White Star Line, la compañía que construyó y operó el Titanic.
J.P. Morgan tenía un boleto para el viaje en el Titanic, pero lo canceló en el último minuto antes de la salida del barco el 10 de abril de 1912 de Southampton, Inglaterra.
La versión oficial –bien documentada– dice que Morgan sufrió un contratiempo porque su vasta colección de arte estaba teniendo problemas para llegar al Museo de Arte Metropolitano en Nueva York y tuvo que quedarse a supervisar el envío.
Sin embargo los conspiradores toman esta “casualidad” como parte del plan que tenía J.P. Morgan. Un plan orquestado con el objetivo de eliminar a los magnates y empresarios que representaban un obstáculo para sus intereses de crear una Banca Central, lo que hoy en día conocemos como Reserva Federal.
Junto con otros banqueros pesados como los Rothschild y los Rockefeller, J.P. Morgan quería establecer una sola institución que produjera el dinero de todo Estados Unidos, no solo para proveer de capital a la economía sino también para generar deuda. Situación en la que ellos salían muy beneficiados.
En la lista oficial de pasajeros (y muertos) resaltan tres nombres: Benjamin Guggenheim –magnate de la minería y metalurgia–, Isidor Strauss –importante empresario de aquellos años– y John Jacob Astor IV –inversionista a quien se le consideraba el hombre más rico en ese momento.
Bajo este supuesto conspiranoide, los tres se oponían a la creación del Banco Central. No obstante, según la versión oficial, solo uno de estos tres hombres se oponía públicamente.
Cabe decir que la Reserva Federal se formó un año después del hundimiento del Titanic.
Y para agregarle sazón a esta otra versión, dicen los conspiradores que el barco ni siquiera chocó contra un iceberg, sino que le prendieron fuego y, como había muy pocos botes salvavidas, estos fueron tomados por las personas que ejecutaban las órdenes de J.P. Morgan y compañía.
A más de cien años de esta tragedia, lo que más conocemos sobre el Titanic es producto de una película, una historia de amor entre dos clases sociales distintas, con la canción de fondo que una que otra quinceañera mexicana baila en su vals mientras su tío se emborracha en la fiesta.