Hay teorías de conspiración que no pasan de moda como el proyecto HAARP. Su vigencia perdura porque siempre hay quien la comparta sustentándola con datos reales y conjeturas; y quien la escuche con mente abierta y metafóricamente se ponga por primera vez su casco casero de papel aluminio.
El alunizaje del Apollo 11, la nave extraterrestre que cayó en Roswell, el asesinato de Lincoln y Kennedy, el ataque a las Torres Gemelas, el Proyecto MK-Ultra, el HAARP, el control sobre el mundo de Illuminatis, Anunnakis y Reptilianos; son solo algunas de las teorías recurrentes en los canales ahora llamados conspiranóicos.
El caso que aquí nos compete es el HAARP. Tema que lleva rondando desde los inicios del Internet y que sigue sin perder actualidad porque siempre hay un nuevo desastre natural en el planeta que adjudicarle a este proyecto secreto.
Tengo memoria del primer video que vi del investigador José Luis Camacho (JL) en su canal de YouTube Mundo Desconocido –hoy con más de mil videos subidos y dos millones y medio de suscriptores– en el que con un audio de pésima calidad y un set adornado con un par de banderas republicanas de España de la década de los treinta (WTF), argumentó que el terremoto de Haití de 2010 fue causado por HAARP.
Hago referencia a Mundo Desconocido no porque lo siga sino porque JL, junto con Luis Carlos Campos, fue pionero de este tipo de temas de conspiración en habla hispana que con el tiempo siguen cobrando fuerza. Sino pregúntenle a cualquier fan de la banda británica Muse, quienes en 2008 lanzaron un álbum en vivo al que titularon HAARP.
Las Dos Versiones
Según Wikipedia el High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP (en español: Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia) es un programa financiado por la Fuerza Área y la Marina de los Estados Unidos con la misión de estudiar las propiedades de la ionósfera –la parte de la atmósfera terrestre altamente cargada de electricidad– a fin de desarrollar una tecnología capaz de utilizar sus propiedades energéticas para transmitir ondas como en las telecomunicaciones y mejorar los sistemas de vigilancia estratégica como, por ejemplo, la detección de misiles.
Sin embargo los teóricos de la conspiración refutan esta versión oficial y dicen que este sistema, conformado por casi 200 antenas de 25 metros de altura y que tiene su base en Alaska, opera como un arma de destrucción masiva enviando ondas electromagnéticas a la ionósfera –que funciona como espejo– para causar a larga distancia fenómenos como tormentas, tsunamis, erupciones volcánicas, terremotos o sequías como si fueran de índole natural, con el objetivo de dominar socioeconómicamente a la población de donde ocurre la catástrofe.
La Guerra Climatológica
Más allá de los relatos antiguos en los que nuestros antepasados bailaban e invocaban a sus dioses en sus prácticas mágico religiosas para provocar sobretodo la lluvia, hay dos hechos particulares en la era moderna que resuenan sobre la manipulación del clima.
El caso más popular es la Operación Popeye que llevó a cabo el ejército gringo en su guerra contra Vietnam y que derivó en un tratado internacional en 1977 que prohibió el uso militar y cualquier otro uso hostil de las técnicas de modificación del medio ambiente, siendo el yoduro de plata la sustancia más usada para generar lluvias.
El otro caso sonado es el de Wilhelm Reich, el controversial psicoanalista austriaco que en la década de los cincuenta fabricó un aparato al que llamó CLOUDBUSTER y que supuestamente podía influir en el clima al utilizar la fuerza vital del universo, nombrada por él como “Energía Orgónica”.
¿En el Reino de la Ficción?
Les he compartido antes que mi problema con las teorías de conspiración es que me maman tanto que las integro con demasiada facilidad a mi sistema de creencias y dejo de lado la versión oficial por completo.
Recuerdo que en 2010 durante el huracán Alex que sacudió Nuevo León –observando por días la fuerte precipitación por la ventana de mi recámara, las descargas eléctricas dibujarse en las nubes, iluminando el cielo como si Dios mismo estuviese tomando fotografías con el flash encendido de su cámara celestial–, no dejé de pensar que el fenómeno era producto de HAARP.
Y desde que escuché sobre este proyecto, cada que veo una noticia que involucre un desastre natural alrededor del mundo, pienso lo mismo: ahí utilizaron HAARP. Apenas si alcanzo a rozar un poco del misterio que se esconde detrás de los fenómenos naturales, ya sean enviados por Dios y sus fuerzas cósmicas o provocados artificialmente por los humanos.
Cuando en el filme Matrix de los entonces hermanos Wachowski (ahora hermanas), en el reino de la ficción, el personaje de Morfeus le explica a Neo la verdad sobre el mundo real, le dice: Sabemos que nosotros (los humanos) quemamos el cielo.
Buenísima! Más notas de teorías conspirativas!