Después de 50 años de que se diera por desaparecida, la Musaraña Elefante de Somalia es hallada en el Cuerno de África. Este pequeño mamífero se caracteriza por tener patas alargadas y un hocico largo similar al de un elefante. Algo muy curioso es que este animal tiene un genoma más parecido al de un elefante que al de lo que se esperaría, un ratón.
Normalmente son insectívoros, lo que significa que su alimento principal se basa en hormigas, termitas y escarabajos. Sin embargo tienen la posibilidad de alimentarse de frutos y otros alimentos vegetales. Al igual que los canguros, estos mamíferos tienen la habilidad de moverse con cuatro patas o utilizar dos patas para moverse con más rapidez dando largos saltos hacia adelante.
El último avistamiento de la Musaraña Elefante sucedió en 1968, lo que llevó a que se reconociera como una especie extinta. De hecho la organización “Global Wildlife Conservation” colocó a la musaraña elefante entre las 25 especies más buscadas del mundo.
En el 2019, el especialista mundial de la musaraña elefante, decidió abrir una investigación para encontrar nuevamente este animal. Galen Rathburn junto con otros científicos, montaron trampas en más de 12 localidades de Yibuti.
Durante la investigación, se encontraron 12 ejemplares por lo que se pudo llegar a la conclusión de que su hábitat no estaba siendo amenazado y que ya podía ser considerado una especie de “menor riesgo”. Al igual se descubrió que la musaraña elefante no es un animal endémico de Somalia, sino que se puede encontrar en diversos lugares de África.
¡Dato curioso! ¿Sabías que este animalito podría estar relacionado a la mitología?
Las musarañas elefante eran consideradas animales mitológicos que vivían dentro de las paredes de los pozos de agua. Según las historias, si un niño se asomaba, estas criaturas intentaban jalar al niño hacia el pozo para que se ahogara. Esta historia era utilizada para evitar que los niños pequeños se asomarán y tuvieran algún accidente.
